Cerro del Hierro

Podemos localizar el Cerro del Hierro en las localidades sevillanas de San Nicolás del puerto y Constantina. Es un lugar donde se unen la acción de la naturaleza y la mano del hombre. Además de su paisaje podemos destacar sus especies tanto vegetales como animales. Uno de los elementos que hacen que el conjunto sea una maravilla son los pequeños túneles y recovecos que juegan con la luz y la sombra.

Repasemos un poco su historia...

El cerro del Hierro tuvo sus orígenes como mina de hierro en tiempo de los romanos y hasta los años 80 se ha tratado como tal. En uno de los extremos de la mina se situaba lo que era un poblado de minero con casas de ingleses que era donde vivían los ingenieros y los gestores de la mina. De este poblado encontramos hoy en día algunos restos.

La mina a lo largo del tiempo tuvo una gran explotación y la extracción del mineral de hierro dejó al descubierto túneles, aguijas y oquedades. Podemos conocer también este tipo de relieve como paisaje Kárstico.

Visita por sendero...

Para poder visitar el Cerro del Hierro es necesaria la ayuda de un sendero que lo transcurre por casi toda su totalidad exceptuando los lugares con cierto peligro de derrumbe. Este sendero tiene su comienzo en el antiguo poblado, es decir el lugar por donde transcurre la SE-7102. En su entrada podemos encontrar un carril por donde transcurría un antiguo ferrocarril y actualmente es una de las vías verdes. Podemos tomar una bifurcación, es decir podemos adentrarnos en el paisaje Kárstico o visitar el pueblo del Cerro del Hierro. Si tomamos la decisión de visitar la mina podemos seguir una red de senderos para verla en toda su totalidad. En la primera parte podemos observar algunos útiles que usaban los mineros para extraer el hierro y grandes charcos tintados de marrón debido al metal. nos daremos cuenta que el color de la arena no es el mismo que observamos en cualquier campo, sino que es de un color rojizo.

Una vez adentrado en plena mina si pasamos el dedo por alguna de las rocas observaremos como aún se conservan algunas pequeñas betas de mineral de hierro. En esta parte del recorrido hay un juego de luces y sombras, esto se debe a la variedad de abundantes recovecos y estos en su mayoría cubiertos por distintas especies vegetales.





En cambio si elegimos la bifurcación que nos lleva al pueblo podemos acercarnos al nacimiento del río Huéznar. Allí veremos una cascada de agua transparente que transcurre de forma rápida y sin pausa.